Imagen cortesía de ECL.
El país europeo ha revocado 500 licencias de empresas de criptomonedas como respuesta a los flujos financieros ilícitos de Danske Bank, que involucra lavado de dinero de 220 mil millones de dólares estadounidenses (USD).
Negando las operaciones de casi el 30% de las empresas de criptomonedas en el país, los reguladores están preocupados de que estas compañías puedan ser responsables de usar sus plataformas para facilitar las transferencias ilegales.
Madis Reimand, quien dirige la Unidad de Inteligencia Financiera de Estonia (UIF), indicó que la represión fue un ataque preventivo destinado a limpiar la industria de las criptomonedas. Señaló que la idea no es paralizar el sector, sino más bien endurecer las regulaciones para evitar riesgos asociados con el lavado de dinero.
Hasta la fecha, la UIF ha cerrado empresas que no pudieron iniciar operaciones en el país dentro de los seis meses posteriores a la obtención de una licencia. “Este es un primer paso para ordenar el mercado, permitiéndonos ocuparnos de los problemas más urgentes al permitir operaciones solo para empresas que pueden estar sujetas a la supervisión de Estonia y medidas coercitivas”, dijo Reimand.
Según las nuevas regulaciones, los permisos ahora se emitirán después de tres meses a un costo de 3,300 euros (o USD 3,715). Anteriormente, demoraba 30 días obtener la misma licencia por 300 euros. Los equipos de criptomonedas registrados en Estonia también deberán incorporarse en el país o abrir una sucursal en Estonia de una empresa extranjera.
Reimand advirtió que más del 50% de las 900 empresas de activos digitales restantes pueden perder sus licencias “ya que no tienen operaciones en Estonia y sus gerentes están fuera del país”.
