Imagen cortesía de CoinDesk.
China últimamente se ha visto inmersa en una inestabilidad económica que ha generado notables fluctuaciones en el precio de su moneda nacional, el yuan. La inflación del yuan aumentó a su nivel más alto desde enero de 2012 y, mientras esto ocurre, los bancos y corporaciones se preparan para probar la moneda digital estatal.
En octubre, la tasa de inflación anual se encontraba en 3.8% para aumentar a 4.5% en noviembre. Los precios al consumidor también aumentaron mensualmente, un 0,4% el mes pasado y un 0,9% el mes anterior, muy por encima del 0,1% previsto para noviembre.
El principal impulsor del aumento constante de este año ha sido el aumento de los precios de los alimentos, que superaron el 19% en noviembre, la cifra más alta registrada desde mayo de 2008. Los precios no alimentarios también aumentaron, incluidos el alquiler, el combustible y los servicios públicos.
En vista de esto, para mantener la liquidez en el sector bancario, el Banco Popular de China (BPC) continuó introduciendo dinero en el sistema, llegando a los 600 mil yuanes el mes pasado. El BPC también introdujo 4.800 millones de yuanes de fondos a través de préstamos complementarios.
El BPC además prestó más de 62 mil millones de yuanes a instituciones financieras a través de la línea de crédito permanente, “manteniendo la liquidez del mercado a un nivel razonablemente amplio en 2019”, según un informe reciente de Xinhua.
Mientras tanto, el banco, junto con 7 empresas estatales, está en medio de los preparativos para la prueba del yuan digital en la ciudad de Shenzhen a finales de este año y en Suzhou el próximo, tal vez en un intento de encontrar soluciones alternas a los problemas económicos por los que pasa actualmente el país.